Tiene 12 años y estudia en la calle para tener un buen futuro

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Angelo Barreda estudia calle

Mª José Roldán

Mª José RoldánPsicopedagoga

Cuando hay fuerza de voluntad no importa nada más que eso, Angelo Barreda es un ejemplo de ello. Tiene 12 años y estudia en la calle porque sus padres son vendedores ambulantes y mientras espera que hagan su jornada laboral, él aprovecha el tiempo para cultivar su conocimiento. No le importan los ruidos de la calle, porque se concentra y estudia para aprobar sus exámenes.

Sus padres pasan entre 10 y 12 horas vendiendo en la calle en una modesta parada donde tienen ropa interior y medias. Cuando el pequeño de 12 años sale de la escuela va directamente hasta donde sus padres tienen la parada. Se sienta en un macetero e improvisa un escritorio con lo que tiene a mano para hacer los deberes.

Saca buenas notas

A pesar del frío que pueda pasar o de la forma tan inusual que debe estudiar, saca buenas notas. Nunca falta a la escuela y entiende que si algo quiere, algo le cuesta… y si quiere estudiar su único lugar es ese porque tiene que estar con sus padres y prefiere no perder el tiempo para después, tener buenos resultados.

Cuando sea mayor, Angelo se quiere graduar en la escuela técnica y también quiere ser abogado. Es un niño al que le gustan las leyes y quiere tener herramientas a su alcance en un país complicado de avanzar. No le gusta el fútbol pero le encanta cantar y bailar… y además de estudiar ayuda a sus padres en las tareas y en el trabajo. Sus padres, le insisten en que estudie para que no termine trabajando como ellos en una parada ambulante y tenga más opciones en la vida.

Una foto que se hizo viral

La foto que le hizo una dependienta de una cafetería mientras estudiaba en la calle se volvió viral. Sus padres, orgullosos de él no pueden dejar de tener palabras de orgullo ante todo lo que su hijo hace. Su madre dijo lo siguiente a una revista que le entrevistó:

“¡Qué puedo decir de mi hijo! Estoy orgullosa de cómo es, de su esfuerzo para mejorar y reivindicar a padres que no estudiaron”.

“Le mandé al bar de un amigo cercano a estudiar porque el frío era tremendo, pero él quería estar cerca de nosotros, vernos y charlar, entonces lo dejé no muy convencida. Él muchas veces estudia en la calle, dice que es mejor que hacerlo de noche, cuando ya está muy cansado”.

Aunque ellos, en realidad prefieren que su hijo esté a su lado, pese a que esté al aire libre para poder tenerle a la vista y que no esté solo, pues viven en una zona un poco peligrosa como para que los niños vayan solos por la calle.

Querer es poder

Es necesario que todos los niños del mundo conozcan el caso de Angelo para que se den cuenta de la importancia que tienen los estudios, pero sobre todo, para que sean agradecidos con lo que tienen y sepan apreciar las cosas y las oportunidades que la vida les da… o cuando pueden estudiar en casa, con sus padres cerca y sin que tengan que estar pasando frío en peligrosas calles.

Con esta historia se aprende que cuando algo se quiere realmente, se puede conseguir con constancia, esfuerzo y fuerza de voluntad (se puede conseguir).

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