Salud

Calambres en el embarazo: ¿Por qué aparecen y cómo aliviarlos?

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Calambres en el embarazo
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

El embarazo es una etapa preciosa pero suele llegar acompañada de algunas molestias. Además de las típicas náuseas y vómitos matutinos, muchas embarazadas también sufren calambres en las piernas, que no solo generan incomodidad sino que también pueden afectar la calidad del sueño.

Los calambres propios del embarazo son de origen muscular y se originan cuando un músculo se tensiona o se contrae involuntariamente y luego no vuelve a relajarse. Pueden aparecer en diferentes zonas del cuerpo, aunque son más comunes en los pies, las piernas y la ingle.

¿A qué se deben los calambres?

Los calambres suelen aparecer cuando los músculos se sobrecargan demasiado debido a un gran esfuerzo, cuando realizas ejercicio sin estar bien hidratada o si tienes niveles bajos de potasio o calcio. No obstante, durante el embarazo se suman más factores a la ecuación.

El aumento de peso, por ejemplo, suele provocar una sobrecarga muscular que facilita la aparición de los calambres. Los cambios hormonales también se encuentran detrás de estas molestias pues hacen que las paredes de los vasos sanguíneos se dilaten, afectando el retorno venoso y linfático, lo cual provoca una retención de líquidos en las piernas que desencadena los calambres.

A esto se le suma el peso que ejerce el bebé sobre los vasos de la pelvis, el cual afecta la circulación a las piernas, además de ejercer presión sobre los nervios. Esa es la principal razón por la cual los calambres se intensifican a partir del tercer trimestre, aunque algunas embarazadas comienzan a sufrirlos antes.

Calambres embarazo pies piernas ingle

¿Cómo afrontar y prevenir los calambres durante el embarazo?

  • Flexiona suavemente las piernas para estirar los músculos. Puedes calmar los calambres estirando el músculo de la zona afectada, siempre con suavidad. Si es necesario, ayúdate con las manos aplicando un ligero masaje en la parte agarrotada.
  • Cambia de posición a menudo. Estar demasiado tiempo en una posición, sobre todo de pie o sentada, favorece la aparición de los calambres. Cuando tengas esas molestias, puede ayudarte cambiar de posición. A veces alzar los pies mientras estás sentada o pasar de estar acostada a reclinarte es suficiente para favorecer el flujo sanguíneo y lograr que los músculos se relajen.
  • Aplica un poco de calor. El calor facilita la circulación y es ideal para relajar los músculos, por lo que puedes aplicar una toalla caliente o una almohada eléctrica directamente en la zona acalambrada. Luego puedes aplicar un poco de frío, aunque no es necesario que se trate de una bolsa con hielo sino que bastará reposar la pierna sobre el suelo frío.
  • Realiza ejercicio para fortalecer los músculos. Durante el embarazo se recomienda mantener un nivel de actividad física moderada y sistemática, el cual te facilitará además el trabajo de parto. En esos ejercicios, incluye la rotación de los pies, los tobillos y los dedos de los pies. Si no estás acostumbrada a practicar actividad física, caminar será un ejercicio estupendo para mejorar la circulación y favorecer el tono muscular.
  • Elige ropa y calzado cómodos. Los pantalones demasiado ajustados afectan la circulación, por lo que es conveniente que siempre lleves ropa más cómoda. De la misma manera, debes usar un calzado que no te apriete.
  • Lleva una dieta saludable y equilibrada. Una dieta variada no solo le hará bien a tu bebé sino que te ayudará a prevenir los calambres. Los lácteos te aportan suficiente calcio, pero también se puede encontrar en los higos secos, garbanzos, pistachos y judías blancas. Además, es importante que consumas alimentos ricos en potasio, como las bananas, la acelga, las espinacas, las coles de Bruselas y el aguacate.

Si los calambres son muy intensos o son cada vez más frecuentes, es conveniente que consultes a tu médico ya que podría tratarse de una condición más seria, como una trombosis venosa.

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