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Salud

7 signos de agotamiento psicológico en los padres

Tiempo de lectura2 minutos
Agotamiento psicológico madres
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoPsicóloga y psicopedagoga

Un estudio realizado por investigadores belgas publicado en la revista Frontiers in Psychology analizó el día a día de más de 2.000 progenitores y descubrió que el 12.9% de las madres y el 11.6% de los padres sufren lo que han denominado: “agotamiento extremo”.

Sin duda, la mayoría de los padres no necesitan una investigación para saber que cuidar de los niños puede llegar a ser una tarea agotadora. Sin embargo, hay ocasiones en las que ese cansancio llega a ser excesivo y termina afectando considerablemente el bienestar de la familia. Aprender a detectar sus signos es el primer paso para reconocer que necesitamos un descanso o debemos reorganizar de otra manera nuestras jornadas.

Las señales que revelan un agotamiento crónico

1. Te olvidas todo

¿Sabías que la memoria es una de las primeras funciones cognitivas que se afectan cuando estamos sometidos a un gran estrés? Empezar a olvidar las cosas, no solo donde dejamos las llaves sino también las más importantes, como la cita con el pediatra, suele ser una señal evidente de que estamos agotados y necesitamos echar el freno de mano.

2. Reaccionas con irritabilidad

Nos gusta creer que lo tenemos todo bajo control, pero lo cierto es que el autocontrol es una capacidad limitada que termina agotándose. Cuando tenemos que hacer decenas de cosas a lo largo del día y no tenemos ni un minuto de respiro, es normal que terminemos sintiéndonos irritables y que respondamos mal. Un síntoma inequívoco es cuando nos enfadamos con nuestra pareja o los niños por cosas intrascendentes que en otras circunstancias habríamos pasado por alto.

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3. Sufres cansancio crónico

Si desde el mismo momento en que nos levantamos ya nos sentimos cansados, lo más probable es que se deba al agotamiento que hemos ido acumulando en las últimas semanas o meses. El cansancio crónico se manifiesta como una apatía, de manera que las tareas cotidianas más sencillas nos parecen una misión titánica.

4. Tienes las emociones a flor de piel

El agotamiento no solo se manifiesta a nivel físico sino también emocional. Cuando estamos agotados nuestra corteza prefrontal simplemente no funciona como debería, de manera que no ejerce su rol regulador sobre las emociones. Esa es la razón por la que sufrimos una gran labilidad emocional cuando estamos estresados o agobiados. En otras palabras: no regulamos nuestras emociones sino que dejamos que fluyan sin control.

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5. Te cuesta concentrarte

Otra de las funciones cognitivas que se afectan cuando estamos agotados es la atención. Normalmente esto se debe a que, en cierto punto, el cerebro simplemente se satura y “desconecta” algunas de sus áreas. Con la mente saturada, es muy difícil prestar atención, por lo que nos costará concentrarnos, no solo en las tareas más complejas sino que a veces nos puede resultar complicado seguir el hilo de una conversación. En algunos casos, incluso podemos padecer lo que se conoce como “niebla mental”, un estado de confusión mental o falta de claridad en los pensamientos que puede llegar a ser muy frustrante.

Para cuidar de quienes amas, es importante que cuides de ti

Es fundamental que comprendas que, a la larga, el agotamiento psicológico no solo es dañino para ti sino también para tus hijos. Tener a unos padres irritables, que siempre están demasiado cansados para jugar y divertirse, al final terminará reflejándose en su estado de ánimo y creará una barrera emocional entre vosotros.

Tu bienestar psicológico también repercute sobre la salud mental de tus hijos y, sin duda, influye en el ambiente que se respira en casa. Por eso, siempre que puedas, dedica unos minutos al día a relajarte. Recuerda que para cuidar de quienes amas, primero debes cuidar de ti.

Comentarios

  1. Avatar
    Luz

    Si ya de por sí ser mamá y trabajar es agotador, trabajo rolando turnos y cuando se supone termina mi turno no terminan las llamadas telefónicas del trabajo lo que resta del día, llegar a cuidar a la bebé, atender al marido, la casa, ya perdí la cuenta desde hace cuando no me depilo las piernas o sacarme la ceja, ya no me maquillo o me peino, no queda tiempo para eso, ya no salgo con mis amigos, ni siquiera converso con ellos por teléfono, soy veterinaria y perdí las esperanzas de seguir estudiando un postgrado o siquiera un curso de actualización pues no me queda ni dinero y mucho menos tiempo. Todos los días lloro, me siento cansada todo el tiempo, irritable, fea, que nadie me ayuda, no le encuentro sentido a la vida, me dedico por completo al trabajo y a mi hija, no salgo a ningún lado, y aún así no les doy gusto ni a mi marido ni a mi familia.

    1. Avatar
      Adara

      Te comprendo totalmente, yo me siento igual, ánimo…

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