Salud

La rubéola en los niños: Un problema de salud que puede prevenirse

La rubéola infantil es más común de lo que nos imaginamos

[mashshare icons=»1″]

Rubéola en niños
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La Organización Mundial de la Salud estima que cada año nacen alrededor de 100.000 niños con rubéola congénita en todo el mundo. Sin embargo, el grupo infantil más afectado siguen siendo los pequeños entre 6 y 9 años. Y es que aunque los casos de niños infectados con rubéola se han reducido considerablemente en los últimos años gracias a la vacuna triple viral que se administra durante los primeros años de vida, todavía existen muchos pequeños que no tienen acceso a esta vacuna, ya sea porque no tienen cobertura médica o porque sus padres no los han protegido.

De hecho, los niños que no reciben la vacuna tienen un alto riesgo de contagiarse con esta infección vírica aguda ya que el virus de la rubéola se transmite con mucha facilidad a través del contacto directo con superficies contaminadas o con las secreciones de una persona infectada. En estos casos, el virus se introduce en el organismo, pasa a la sangre y ataca a los glóbulos blancos que transmiten la infección a las vías respiratorias, la piel u otros órganos.

Los síntomas de la rubéola infantil

Una vez que se contrae la infección, el virus de disemina por todo el organismo entre los primeros 5 y 7 días. Por lo general, los síntomas comienzan a aparecer alrededor de la segunda o tercera semana después de la exposición a la infección. El signo principal de la enfermedad es una erupción cutánea de color rosáceo que se aprecia en el 50% y el 80% de los casos. Habitualmente la erupción comienza en el rostro y el cuello y luego se va extendiendo al resto del cuerpo, una etapa que suele ser muy contagiosa.

La buena noticia es que a partir del tercer día la erupción comienza a desaparecer. Además, una vez que el niño ha padecido la enfermedad, se inmuniza para toda la vida, de forma que no vuelve a ser atacado por el virus.

Además de la erupción cutánea es habitual que aparezca:

  • Inflamación de los ganglios linfáticos en la parte posterior de las orejas y el cuello.
  • Fiebre poco intensa, por lo general, menos de 39 °C.
  • Intensas náuseas y pérdida del apetito.
  • Enrojecimiento de los ojos o conjuntivitis leve.

En algunos casos, sobre todo al inicio de la enfermedad, los síntomas pueden confundirse con un proceso gripal ya que muchos de los signos son muy similares.

Rubéola infantil

Las complicaciones de la rubéola

Por lo general, la rubéola infantil no provoca mayores complicaciones médicas en los niños. Sin embargo, cuando se trata de bebés que padecen el síndrome de la rubéola congénita el riesgo de que aparezcan consecuencias crónicas a largo plazo aumenta. De hecho, se conoce que en los casos de rubéola congénita, es decir, cuando la madre infecta a su bebé durante el embarazo, pueden desarrollarse defectos visuales, problemas de audición y otros trastornos crónicos como enfermedades cardiacas, diabetes, disfunción tiroidea e incluso, autismo.

¿Cómo tratar la rubéola en niños?

La rubéola no tiene tratamiento médico. La alternativa de elección de los médicos suele ser prescribir tratamientos específicos para cada uno de los síntomas, según el caso. De esta manera, pueden ser útiles los antipiréticos como el paracetamol para reducir la fiebre y los antibióticos en los casos en los que aparezcan infecciones bacterianas. También se recomienda reposo y sobre todo, mantener aislado al pequeño para evitar que contagie la enfermedad a otros niños.

¿Se puede prevenir la rubéola?

Solo existe una forma de prevenir la rubéola: la vacuna contra la enfermedad. Se trata de una vacuna fabricada con una cepa del virus vivo atenuado que inmuniza al organismo contra la enfermedad. De hecho, los estudios han demostrado que una sola dosis de la vacuna confiere una inmunidad a largo plazo superior al 95%, muy similar a la inmunidad que genera la propia infección.

Las vacunas contra la rubéola están disponibles lo mismo en preparaciones monovalentes o en combinación con otras vacunas, como la vacuna triple viral contra el sarampión, las paperas y la rubéola.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *