Salud

Ansiedad y embarazo: la emoción del cambio ante la maternidad

5 estrategias eficaces para aliviar la ansiedad en el embarazo

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Ansiedad y embarazo
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

El embarazo se suele asociar con la felicidad, la alegría y la expectación, pero también genera otras emociones que suelen ser más difíciles de gestionar. Durante la gestación no solo se producen cambios físicos sino también en la esfera afectiva, por lo que algunas mujeres pueden experimentar ansiedad.

De hecho, el embarazo se cataloga como un evento potencialmente estresante que puede alterar el estado emocional de la futura madre y, por ende, afectar a su bebé. Por esa razón, es necesario estar preparadas para lidiar con la ansiedad durante la gestación y, si es necesario, pedir ayuda especializada. Ahora, gracias a la tecnología, puedes contactar con psicólogos online en España para recibir orientación o tratamiento sin salir de casa a través de plataformas como Buencoco.

¿Qué causa la ansiedad en el embarazo?

Durante el embarazo se sufren tantos cambios y de manera tan rápida que es normal que experimentes cierto desasosiego o inquietud. Un estudio realizado en la Universidad de Misisipi constató que el 20% de las mujeres sufre ansiedad por primera vez durante el embarazo, una cifra que se eleva al 51,4% inmediatamente después del parto.

Durante la gestación el cuerpo produce más cortisol, lo cual puede causar ansiedad. En el primer trimestre, en particular, los niveles de progesterona y estrógeno también aumentan considerablemente. Esos cambios en los niveles hormonales pueden alterar el funcionamiento de áreas del cerebro que regulan las emociones provocando ansiedad, irritabilidad, fatiga e incluso tristeza.

Por supuesto, todo no se reduce a las hormonas. Las nuevas preocupaciones que genera este cambio vital también pueden convertirse en una fuente de ansiedad. Es comprensible que te preocupes por el curso de la gestación, el parto, la salud del bebé que viene en camino y, por supuesto, su posterior cuidado.

Factores como un embarazo de alto riesgo o haber sufrido abortos espontáneos aumentan las probabilidades de sufrir ansiedad. El hecho de que se trate de un embarazo no planificado o no contar con el apoyo suficiente también puede generar mucha inseguridad y miedo, así como un historial personal o familiar previo de ansiedad u otros problemas de salud mental.

¿Qué nivel de ansiedad es «normal» durante el embarazo?

Cabe aclarar que sentirte un poco ansiosa cuando atraviesas cambios vitales significativos es normal. La ansiedad forma parte de la vida y en muchas ocasiones puede ser útil ya que aumenta el nivel de alerta y moviliza tus recursos para que puedas afrontar mejor los desafíos que tienes por delante.  

Muchas mujeres pueden sentir una ansiedad leve durante el embarazo ya que experimentan una sensación de pérdida de control sobre su cuerpo y las circunstancias que rodean la gestación. Cuando te preocupas por la personita que esté creciendo en tu interior es normal que te preguntes: «¿habré comido bien? ¿Estaré consumiendo suficientes proteínas y vitaminas? ¿Habré exagerado con el ejercicio físico?» También es normal que tengas muchas dudas sobre el futuro y te preocupe tu desempeño como madre. 

Ese nivel de ansiedad te ayuda a prepararte, pero si comienza a afectar tu bienestar, empeora tu estado de ánimo e interfiere en tus actividades cotidianas, es momento de pedir ayuda. La ansiedad se convierte en un problema cuando sufres una inquietud y angustia constantes acompañadas de preocupaciones incesantes y una sensación de aprensión que no te abandona. 

En ese caso, es probable que tengas dificultades para concentrarte y conciliar el sueño, por lo que la ansiedad afectará tu descanso. La irritabilidad también es habitual, por lo que puede dar pie a discusiones y conflictos en tus relaciones interpersonales. 

Cuando la ansiedad es grave, algunas mujeres pueden sufrir ataques de pánico, que pueden presentarse junto con otros síntomas como: palpitaciones, respiración entrecortada, mareos, tensión muscular y sensación de desmayo.

¿La ansiedad materna puede afectar al bebé?

La ansiedad en el embarazo puede influir en el bebé. Sus mecanismos no se conocen con exactitud, pero es probable que intervengan diferentes factores. En cualquier caso, las mujeres que sufren ansiedad se exponen a un riesgo mayor de tener un parto prematuro, de manera que sus bebés pueden desarrollar diferentes complicaciones derivadas de la inmadurez de sus órganos.

La ansiedad durante la gestación también se ha relacionado con un retraso del crecimiento fetal, bajo peso al nacer y/o restricción del crecimiento intrauterino. Además, puede aumentar la necesidad de recurrir a una cesárea.

Por otra parte, si la ansiedad se mantiene después del embarazo, es probable que afecte la relación que se establece con el bebé. Si te sientes irritable y nerviosa, tu capacidad para establecer vínculos afectivos disminuye, por lo que te resultará más difícil satisfacer las necesidades emocionales de tu bebé. 

En esos casos, es probable que los niños desarrollen problemas socioemocionales. De hecho, la ansiedad posparto se ha relacionado con una afectividad negativa, problemas de atención y déficits cognitivos en los niños.

Tengo ansiedad y estoy embarazada

5 estrategias eficaces para reducir la ansiedad durante el embarazo

  1. Pensamientos positivos. La ansiedad se acompaña de pensamientos negativos recurrentes que te hacen temer lo peor. Eso genera aún más angustia cerrando un círculo vicioso. La reestructuración cognitiva es una técnica psicológica que consiste en cuestionar la veracidad de esos pensamientos y replanteártelos con una perspectiva más positiva. Por ejemplo, en vez de preocuparte por si serás capaz de darle el pecho a tu bebé puedes pensar «voy a hacer todo lo posible por conectar con mi bebé».
  2. Escribe un diario. Llevar un diario donde escribas todas tus preocupaciones y temores puede contribuir a liberarte de su influjo negativo. Poner las cosas negro sobre blanco te permitirá adoptar una distancia psicológica de esas emociones y reflexionar sobre tus preocupaciones de manera más calmada para encontrar posibles soluciones. 
  3. Aplica técnicas de relajación. Un estudio realizado en la Universidad de Tubinga demostró que relajarse físicamente reduce el estrés materno. Estos investigadores analizaron el nivel de estrés de embarazadas tras someterse a técnicas de relajación con música, visualización guiada o un simple descanso y constataron que sus niveles de cortisol disminuían. Otras prácticas, como la meditación o el yoga prenatal, también podrían ayudarte a reducir la ansiedad en el embarazo.
  4. Prioriza el descanso. Tu cuerpo está siendo sometido a una dura prueba, así como tu mente, por lo que necesitas descansar más. Dormir te permitirá regenerarte. Si te resulta difícil conciliar el sueño, usa una almohada de embarazo para aliviar la tensión en la espalda y sigue una rutina relajante antes de acostarte. Si no logras dormir bien por la noche, intenta tomar una siesta reparadora durante el día. Eso te ayudará a relajarte y aliviará la ansiedad.
  5. Enfócate en lo que puedes controlar. La ansiedad genera una gran incertidumbre, por lo que centrarte en cualquier actividad que aumente tu sensación de control te permitirá reducir los niveles de cortisol y adrenalina. Ir preparando las cosas para la llegada del bebé, por ejemplo, podría ayudarte a calmarte. La clave consiste en comprender que, aunque no puedes controlarlo todo, hay cosas sobre las que puedes decidir.

En cualquier caso, si experimentas mucha ansiedad, es recomendable acudir a un psicólogo cuanto antes. Trabajar con un terapeuta te permitirá comprender el origen de esas preocupaciones y aprender a gestionar las emociones que desencadenan para que puedas vivir el embarazo con mayor serenidad. 

  1. Bauer, I. (2021) Acute relaxation during pregnancy leads to a reduction in maternal electrodermal activity and self-reported stress levels. BMC Pregnancy and Childbirth; 21(1): 1-12.
  2. Araji, S. et. Al. (2020) An Overview of Maternal Anxiety During Pregnancy and the Post-Partum Period. Journal of Mental Health & Clinical; 10.29245.
  3. Bjelica, A. & Kapor, N. (2004) Pregnancy as a psychological event. Med Pregl; 57(3-4): 144-148.
  4. Hedegaard, M. et Al. (1993) Psychological distress in pregnancy and preterm delivery. Br Med J; 307: 234-239.

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