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Carmen, con Síndrome de Down, se fue de Erasmus a Portugal

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Síndrome de Down erasmus

Mª José Roldán

Mª José RoldánPsicopedagoga

Salir de la zona de confort es complicado al principio para cualquier persona, sean cuáles sean sus capacidades. Pero una vez que se hace, las personas sienten que evolucionan y que tienen un crecimiento personal que no hubiera existido si no se hubieran atrevido a dar el paso. Esto le ha ocurrido a la primera “erasmus” con Síndrome de Down. Carmen Jiménez Recena, lo deja claro: “Salir fuera me ha hecho valiente”.

Carmen Jiménez Recena

Ella es farmacéutica y se fue a Vila Nova de Famalicão, una localidad de Portugal a menos de una hora de Oporto a trabajar. Aprendió todo lo que pudo de portugués en un curso intensivo y allí se apañaba muy bien, ella confiesa que también habían muchos clientes que hablaban en castellano y eso se lo ponía más fácil.

Tiene 23 años y es de Alcobendas, Madrid. Es la primera estudiante española con Síndrome de Down que ha hecho un Erasmus. Ha sido posible gracias al programa de movilidad europea por el cual, alumnos con necesidades especiales tienen la oportunidad de movilizarse.

Los estudios de Carmen y su beca

Carmen estudió un ciclo formativo de Grado Medio de Farmacia y Parafarmacia que duró dos años. En el último curso puede hacer prácticas en España o en el extranjero y por eso, se fue seis semanas con una de las becas de Erasmus de FP. Hacer un Erasmus no solo les beneficia a los estudiantes universitarios que quieren ir a estudiar al extranjero, también pueden realizado profesores, grupos de alumnos de Primaria y estudiantes que quieren hacer prácticas en empresas.

Carmen Síndrome de Down erasmus

La cuantía para alumnos con necesidades educativas especiales se ha duplicado y se ha reducido el grado de discapacidad para poder disfrutarlas. Los beneficiados pueden obtener hasta 2000 euros mensuales mientras dure el Erasmus. En el caso de Carmen no fue tanto, pero le pagaron el avión, todos los desplazamientos y la estancia en la residencia. Aunque en las prácticas no recibió ningún tipo de remuneración, solo formación práctica.

Tenía envidia de su hermana

Carmen quiso hacer Erasmus porque su hermana lo hizo y le daba un poco de envidia. Quería conocer esa experiencia en primera persona y le encantó. Salió de su zona de confort y pudo espabilarse; aprendió a desenvolverse en la farmacia, organizar su vida de forma independiente (hacer comidas, hacer la compra o la colada, etc). Tuvo que comenzar a hacer cosas que antes no tenía que hacer nunca, pero eso le produjo gran satisfacción consigo misma. Ella misma dice:

«Me ha convertido en una persona autónoma, independiente, valiente, segura y luchadora. Me cambió la vida”.

Aunque aún no ha encontrado trabajo en una farmacia en España porque piden experiencia que no tiene (de 1 a 3 años y ella solo tiene 6 semanas de las prácticas), está pensando en estudiar el grado superior de Educación Infantil para trabajar algún día en una escuela y ver si tiene más suerte que en las farmacias.

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