Una madre muere de cáncer dejando regalos a su hija hasta que cumpla los 18 años
Cuando llega la Navidad a todos nos gusta estar rodeados de personas que queremos y que nos importan. A medida que van pasando los años nos damos cuenta de que la fortuna más grande es disfrutar de la mesa todos reunidos, mientras no falta nadie en sus sillas. A medida que alguna silla se va quedando vacía, el dolor en Navidad comienza a asomar en el corazón de los presentes.
Lo mismo ocurre con los cumpleaños, a todos nos gusta estar rodeados de aquellas personas que amamos, que nos digan que nos quieren y sobre todo, que se acuerden de nosotros en un día tan especial como fue el del nacimiento.
Hay personas que se marchan antes de tiempo
Desgraciadamente, hay personas que se marchan antes de tiempo, como le pasó a Elisa Girotto que padecía cáncer terminal con tan solo 40 años. Una madre nunca está preparada para separarse de sus hijos… Pero el destino en muchas ocasiones no es justo y permite que las madres se vayan antes de tiempo.
Ella sabía lo importante que son las fechas de Navidad porque a ella misma le gustaban, y también sabía lo difícil que sería para su hija que ella no pudiese estar presente en cada una de esas fiestas. Al mismo tiempo era consciente de que los cumpleaños de su pequeña sin ella no serían lo mismo, por lo que de alguna manera, quiso estar presente a sabiendas de que no estaría en este mundo.
Dio a luz a su hija poco antes de morir
Elisa Girotto se casó adelantando su boda a causa del diagnóstico del cáncer y dio a luz a su hija unos meses antes de fallecer. Durante este tiempo y en cuanto supo que no estaría al lado de su hija mientras creciera porque solo le dieron dos meses de vida, empezó a comprar regalos para que los fuese recibiendo hasta que cumpliera la mayoría de edad.
Fue su marido, Alessio Vicenzotto quien tuvo la valentía de contar esta historia de amor, para que pueda servir de ejemplo a otras personas que estén en la misma situación de su mujer. Su marido decía en una entrevista las siguientes palabras:
“Elisa no se desanimó, me dijo que tenía mucho que hacer y que lo haría y así fue. Entre esas cosas, eligió regalos para nuestra hija, uno para cada Navidad y cada cumpleaños hasta que cumpliera 18 años, para que nuestra hija sienta que su madre está con ella”.
El amor de una madre traspasa cualquier barrera
Comenzó a comprar los regalos por Internet para su hija Anna. Elisa le contó a su marido cuál era el plan y que deberá entregárselo a su hija en cada Navidad y cada cumpleaños. De esta manera su hija podrá tener a su madre y sentir su amor a pesar de no estar a su lado. También pensando en su marido, Elisa escondió mensajes especiales para que su esposo los encontrara en su casa.
En su carta final a su marido, ella le pide que lleve a su hija con él donde quiera que vaya, con la esperanza de que “pueda seguir tu ejemplo, porque confío en ti”.
A pesar de la terrible noticia del cáncer terminal, Elisa se sintió afortunada por tener ese poco tiempo y poder preparar este plan para su hija y que de esa manera pudiera recordarla por siempre y que creciera sintiendo su amor… Porque el amor de una madre no tiene barreras, aunque no pueda estar al lado de sus hijos porque se tuvo que marchar antes de tiempo.
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